Del 14 al 16 de noviembre, la ciudad de Trnava se convirtió en el epicentro del mundo del Taekwon-Do ITF, al acoger Eslovaquia su primer Curso Internacional de Instructores (IIC). La 189ª edición del IIC reunió a 320 cinturones negros, desde 1.º hasta 9.º Dan, procedentes de 31 países y de todos los rincones de la familia global del Taekwon-Do.
Lo que se vivió durante estos tres días fue mucho más que un simple entrenamiento; fue un encuentro histórico marcado por la camaradería, la excelencia técnica y una pasión compartida que trascendió fronteras.

Para la Unión Eslovaca de Taekwon-Do ITF, ser sede del IIC representó un hito importante. Sin embargo, la llegada de cinco miembros del Comité Técnico de la ITF, cuya presencia simbolizó tanto el reconocimiento como la responsabilidad hacia la región europea, le otorgó aún mayor relevancia al evento.
El ambiente se enriqueció con la presencia del Gran Maestro Paul Weiler, Presidente de la Federación Internacional de Taekwon-Do, y varios miembros de la Junta Directiva, así como del Secretario General, cuyo trato cordial con los participantes marcó la pauta para un fin de semana memorable.
A lo largo del curso, la instrucción impartida por los Grandes Maestros Héctor Marano, Kim Ung Lan, Jerzy Jedut, Pierre Laquerre y la Maestra Virginia Dionisi creó una poderosa combinación de tradición, experiencia e inspiración.
El ambiente en el tatami vibraba con la intensidad propia de la unión entre experiencia y pasión. Como comentó un participante tras una sesión con el GM Jerzy Jedut: «El GM Jedut enseñaba técnicas fundamentales y ejercicios básicos. Pero iba mucho más allá de lo básico; ¡por eso empezamos a practicar Taekwon-Do hace varias décadas!».
Otro asistente destacó la singular presencia del GM Pierre Laquerre: «¡Me gusta el GM Laquerre! Tiene una gran presencia, un estilo de enseñanza matizado y un vasto conocimiento teórico, combinado con una excelente condición física». Estas impresiones capturaron a la perfección la atmósfera del IIC: un regreso a las raíces, enriquecido por la experiencia moderna.




Los participantes siguieron un programa exigente pero gratificante que abarcó movimientos fundamentales, formas, combate libre y con pasos, defensa personal, trabajo de fuerza y movilidad, y recuperación esencial.
Más allá de la práctica física, las anécdotas exploraron la historia y la filosofía del Taekwon-Do, integrando el contexto en la técnica.
El domingo por la mañana, el Gran Maestro Weiler compartió sus valiosas reflexiones con una conferencia especial sobre métodos de calentamiento seguros y funcionales, conectando los valores tradicionales con la ciencia deportiva contemporánea.
El momento más emotivo del fin de semana llegó con los exámenes técnicos. Nueve candidatos demostraron no solo habilidad, sino también perseverancia y madurez, y al finalizar, todos ellos obtuvieron el prestigioso título de Maestro. Entre ellos se encontraba el Maestro Niklas Enander, miembro de la Junta Directiva de la ITF, quien ascendió a 8º Dan, un logro celebrado con entusiasmo por los participantes de todas las naciones.
El Comité Técnico capturó el espíritu de este momento y de todo el IIC durante su discurso de clausura, afirmando: «Nos encontramos aquí en la sala con otros Grandes Maestros y Maestros que conocieron y aprendieron directamente del General Choi Hong Hi. Estamos aquí para transmitir su legado». Sus palabras resonaron en la sala, un recordatorio del linaje vivo que se transmite en cada nuevo Instructor y Maestro.
Tras la clausura oficial, el Comité Técnico y el Presidente de la ITF demostraron una vez más por qué el liderazgo en Taekwon-Do se basa en la humildad y el servicio. En lugar de continuar con sus compromisos, permanecieron más de una hora para que cada grupo y cada país tuviera la oportunidad de fotografiarse con ellos.
Para muchos participantes, estos sencillos gestos se convirtieron en uno de los momentos más preciados del fin de semana.




Al intercambiarse las últimas reverencias y recogerse las colchonetas, un sentimiento inconfundible flotaba en el aire: la unidad. Participantes de 31 naciones —Eslovaquia, Argentina, Irlanda, Polonia, Canadá, Suecia, Chipre y muchas más— regresaron a casa con renovada motivación y una conexión más profunda con la familia global de la ITF.
El 189º IIC en Trnava no solo marcó un hito histórico para Eslovaquia, sino que fortaleció los lazos de nuestra comunidad mundial y reafirmó los valores que nos definen.
En definitiva, la historia escrita en Trnava no se limitó a técnicas, exámenes o formalidades. Se trató de personas: aprendiendo juntas, desafiándose mutuamente, celebrando sus logros y llevando adelante el legado del General Choi Hong Hi con integridad y orgullo.
El eco de este IIC seguirá inspirando a practicantes de todo el mundo, recordándonos que, sin importar dónde nos reunamos, avanzamos como una sola familia de Taekwon-Do.




Insights de la ITF: Preservar el conocimiento, honrar la dedicación

















